Uno de los próximos juegos de playoffs, se jugará en Buffalo a cargo del equipo local en el que se enfrentarán a los Ravens de Baltimore.
Debido a ello, el mariscal de campo de los Ravens, Lamar Jackson, nunca ha jugado un partido en la nieve, y no quiere que esa racha termine en el partido de playoffs del sábado contra los Buffalo Bills.
Cuando se le preguntó sobre su experiencia en la nieve, Jackson aceptó: “Cero. El sábado sería la primera vez que jugaría en la nieve, si es así. Ojalá no sea así”.
A partir del martes, hay un 40 % de posibilidades de que algunos chubascos de nieve caigan en el estadio de Bills el sábado por la noche. La acumulación podría ser de hasta una pulgada.
Jackson, quien creció en el sur de Florida, dijo que recuerda la primera vez que vio nieve durante su tiempo en Louisville.
“Tuvimos una pelea de bolas de nieve”, recordó Jackson, “así que eso es totalmente diferente a jugar en ella”.
El guardia izquierdo titular Bradley Bozeman se hizo eco de los sentimientos de Jackson sobre jugar un partido de postemporada en la nieve.
“Tipos grandes en situaciones resbaladizas, no siempre es algo bueno”, apuntó Bozeman.
Jackson, el actual JMV de la NFL, podría usar un guante en Buffalo, pero no sería por razones relacionadas con el clima. Llevó un guante en la mano izquierda en la segunda mitad de la victoria del domingo por el comodín 20-13 sobre los Tennessee Titans porque se lastimó el pulgar.
“Estoy bien”, enfatizó Jackson.
El mariscal de campo no figuró en el reporte de lesiones de los Ravens el martes, cuando el equipo realizó una ligera práctica.
La escuadra y su líder se preparan física y mentalmente para el pronóstico climático para el juego del fin de semana, en un encuentro que será decisivo en vísperas del Super Bowl LV.
